El drenaje linfático manual es una técnica de masoterapia que se engloba en el campo de la estética y la fisioterapia, como técnica de masaje terapéutico y como masaje estético, ambos van orientados a la «activación del funcionamiento del sistema linfático superficial para mejorar la eliminación de excedente de líquido intersticial y de las moléculas de gran tamaño y facilitar su evacuación».
Se puede definir como una serie protocolizada de maniobras manuales muy suaves que, basadas en un profundo estudio de la anatomía y fisiología del sistema linfático, se realizan con el fin de drenar o desplazar la linfa que por cualquier causa patológica se encuentra estancada (edema) a territorios linfáticos sanos para su evacuación normal hacia el torrente venoso.
La clave del éxito del drenaje linfático manual está en el drenaje de los edemas linfáticos y sus funciones principales son:
Depuración, al eliminar del organismo las toxinas y sustancia de deshecho Protección, al modular la respuesta del sistema inmunitario frente a bacterias, virus y otras sustancias extrañas que puedan llegar al interior del organismo.
La primera de estas funciones implica evitar la acumulación de líquidos y la absorción de la grasa y las vitaminas solubles desde el aparto digestivo para transportarlas mediante el sistema circulatorio, del que forma parte.
La aplicación fundamental del drenaje linfático manual terapéutico está en el campo de la oncología, para el tratamiento del linfedema, y es tratamiento de elección en el caso de elefantiasis, celulitis, edemas traumáticos o complicaciones linfáticas posteriores a una cirugía.
En medicina estética, se utiliza para tratar «pieles con rosácea, celulitis, edema de párpados y retención hídrica en general».
Cada vez es más frecuente encontrar en los hospitales un departamento de «linfoterapeutas». Las maniobras manuales son muy suaves y generalmente indoloras para el paciente. El tiempo que dura una sesión es variable, pero no será menor de una hora.
El objetivo final, es activar la circulación de la linfa, para que ésta no se estanque ni se sature de substancias de desecho o gérmenes nocivos. Las manipulaciones específicas del drenaje linfático manual van dirigidas a favorecer el paso de la linfa hacia los ganglios linfáticos regionales superficiales.
Como cualquier tratamiento los beneficios son solo temporales; por lo tanto, el mismo tratamiento o su mantenimiento (como los ejercicios) debe aplicarse frecuentemente o los beneficios desaparecen.
Indicaciones
- Acné
- Celulitis (empieza por un edema y después la grasa acumulada retiene agua)
- Edemas faciales
- Varices
- Fibromialgia
- Linfodemas
- Edemas por embarazo (prevención de estrías, descarga de las piernas)
- Edemas linfoestáticos (p.e. en los edemas de brazo tras extirpación mamaria)
- Edema del sistema nervioso (migrañas, dolores de cabeza, vértigo)
- Edemas postoperatorios y para mejorar la presentación de cicatrices
- Enfermedades crónicas de las vías respiratorias(rinitis, sinusitis, faringitis, amigdalitis…)
- Edemas de origen traumático: hematomas, luxaciones, distensiones musculares, desgarros musculares , siendo muy indicado para la recuperación de los deportistas
- Artritis, artrosis y afecciones de las partes blandas (tendinitis, etc.)
- Linfedema congénito ó adquirido
- Edemas en la menstruación
- Distonía neurovegetativa (nervios, ansiedad)
- Úlceras de decúbitales
- Hematomas
Contraindicaciones relativas
Bajo supervisión médica.
– Algias pélvicas.
– Enfermedades autoinmunoalérgicas (lupus, artritis reumatoide)
– Asma bronquial.
– Inflamaciones agudas (gota, reuma, cólico nefrítico)
– Nevus (Lunares)
– Post-tromboflebitis y post-trombosis.
– Edemas por insuficiencia cardíaca congestiva.
– Síndrome del seno corotídeo.
Contraindicaciones absolutas
Bajo ningún concepto.
– Edemas linfodinámicos (pocas proteínas en sangre (desnutrición))
– Neoplasias en curso (cáncer)
– Infecciones agudas (heridas infectadas).
– Fiebre
– Flebitis, trombosis o tromboflebitis en curso.
– Heridas abiertas
Historia
La técnica fue descrita por primera vez y desarrollada en 1932 por la pareja compuesta por el Dr.Emil Vodder y su mujer Estrid.
Yo es la técnica que aprendí de una de sus discípulas, Ilona Rosvaenge.
Anteriormente Hipócrates hablaba de «sangre blanca», refiriéndose a la existencia de unos conductos que contenían un líquido lechoso y blanquecino. Hoy sabemos que se trata de los vasos quilíferos, responsables del transporte de las grasas provenientes de la digestión, que no pueden ser absorbidas por vía venosa. Aristóteles, Herófilo y Erasístrato mencionan en sus escritos «ciertas estructuras anatómicas, que encierran un fluido incoloro», aspecto que presenta la linfa. Herófilo cita unos vasos que van a parar a una «especie de glándulas no definidas», a las que actualmente llamamos ganglios linfáticos.
Que importante es!!
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