Estando de ruta en coche por Galicia paramos en un pequeño pueblo de Ourense, estuvimos en un hotel rural que tenía detalles decorativos muy bonitos.
Recuerdo estar leyendo en el porche de nuestra habitación
y de casualidad llegó una señora con la que empezamos a conversar, resultó que en su casa hacía tratamientos faciales, y como a mi me gusta experimentar con todo lo que es estética le pedí hora y quedamos esa misma tarde. Me hizo digitopuntura facial. Fue una experiencia muy relajante y placentera, el entorno con tanta vegetación, el sonido de los pájaros y la energía que transmitía Pilar con sus manos me hizo levitar.
Según la medicina tradicional china, esos puntos de presión son la zona de confluencia del sistema linfático, circulatorio y los nadis o meridianos energéticos, que según esta filosofía nos recorren todo el cuerpo y surgen de la conexión con el universo a través de los siete puntos chakra.
Estos puntos de presión coinciden con terminaciones nerviosas, con lo cual ayuda aliviar el estrés y relajar la musculatura facial. En estética el hecho de que la piel esté más relajada hace que la oxigenación sea mayor y esto ayuda a que los activos de los tratamientos estéticos funcionen con mayor eficacia sobre el rostro.
La mayoría de las veces en que la cabeza nos duele, se relaciona con algún sector de nuestro organismo. Presionando algunos segundos en estas zonas y/o masajeandolos despacito, podremos no sólo entender qué anda mal en nosotros, sino también curarnos el dolor. Podemos ver que un tratamiento estético no sólo puede ayudar a cuidar nuestro aspecto sino que puede ejercer efectos beneficiosos sobre nuestra salud.
Como veis en cualquier lugar la vida te sorprende.
Me encantan este tipo de regalitos de la vida. Gracias